Ni “I.A.” ni “A.I.”, no quiero que nadie decida por mí.

Esto de la inteligencia artificial está sólo comenzando, y ya hay cosas que no me gustan. De un esclavo digital espero que me ayude, que me aligere algunos trabajos mecánicos o que contribuya a ahorrarme tiempo en algunas cosas, pero que decida o piense por mí, prefiero que no. Quiero que lo que haga para mí servicio sea predecible y consistente.

Cuento dos detalles actuales en sistemas súper simples todavía. Uno es el cambio automático de un coche que dice que tiene un sistema adaptativo y que se supone que “aprende” de tu forma de conducir para ir cambiando las marchas según tu estilo.

Normalmente cambia a la marcha superior a un régimen de motor tranquilo, sin estridencias, pero si pisas el acelerador con decisión, empieza a cambiar a un régimen superior, lo que en principio es lo adecuado. Si vas dando caña por una carretera de montaña, valga la cacofonía, está bien que lo haga así.

Pero cuando en ciudad se sale de un Stop o Ceda el Paso, por ejemplo, a veces hay que salir un poco rápido y uno acelera un poco más que en una salida tranquila. En este caso resulta que es un poco perezoso al arrancar y hay que pisar un poco más. Entonces el trasto se anima y el cambio de primera a segunda lo hace a régimen de competición: lo entiendo, es un momento de apreturas y vale.

Pero es que ese pequeño acelerón, que es sólo para salir rápido los primeros metros, convence al cacharro de que has llegado a un circuito de carreras y a partir de ahí aunque ya vayas a velocidad estable de ciudad, sigue cambiando plan racing, con lo que los acompañantes preguntan, ¿qué le pasa a este coche que hace ese ruido? Y sigue así hasta que se le pasa la tontería de ir de carreras y vuelve a cambiar de marcha como una persona normal.

Resumen, parece listo pero no lo es tanto porque no se da cuenta inmediatamente de cuándo cambian mis necesidades. Bastaría que el fabricante lo hiciera un poco más tonto y que simplemente se limitara a cambiar a un régimen proporcional al % de acelerador presionado: cumpliría la función y no se pasaría de listo. Pero claro, cuando lo compramos no sabíamos estos detalles y el vendedor te dice que tiene un sistema tan listísimo, pues impresiona y te lo quedas.

Os cuento otra. Hace unos días estaba yo probando la asistente virtual en una tableta corriente, con eso de ¡Ok, Google! O la tontería esa de hablar con una tal Siri. El caso es que para ver cómo iba le pregunté las típicas chorradas como la temperatura ambiente en Reikjavik, cuánto eran 365×24 y qué hora era en Tokyo. No se si acertó en todo, pero respondió con tanta seguridad y rapidez que di por bueno lo que me dijo.

Eagles

Hasta aquí todo bien. Pero mientras hacía otras pruebas, como pedirle que te busque un vuelo para esa misma tarde a Nueva York, clase business, de repente me dice: “Estás escuchando Hotel California de los Eagles. ¿Quieres oírla completa?¿Quieres ver el video?¿Comprar el disco?¿Leer la letra? ¿Una foto del guitarrista desnudo?”

¿Qué diablos? WTF! Y entonces me di cuenta de que en la habitación de al lado estaba puesta la radio, no muy fuerte y en efecto en ese momento Don Henley cantaba:
Mirrors on the ceiling,
The pink champagne on ice
And she said, ‘we are all just prisoners here, of our own device’

Que en cristiano es algo así:
Y  ella dijo que ‘aquí sólo somos prisioneros, de nuestro propio dispositivo’.

Sospechosa coincidencia ficción-realidad…

Volviendo a la amable asistente, pensé en pedirle que incluyera la canción en mi lista de Spotify. Pero con estos chismes igual la cosa se complica.

Supongo que si uno lleva tiempo gastando un cacharro de estos, la maquineta acabará sabiendo demasiado. Por ejemplo si le pido la canción en Spotify y es lo bastante lista comprobará que no tengo cuenta en ese servicio de música, que es de pago. Pero como seguramente tendrá los datos de mi Visa por alguna compra anterior que hice, quizá me dé de alta en el archivo ese musical. Y como es tan servicial quizá me apuntaría por iniciativa propia al servicio Premium, que no debe ser barato. Y si la dejo hacer, a lo mejor me busca y todo una compañera de baile en una página de contactos. Y lo hará con confianza, porque sabe que mi  esposa está ausente porque ha ido a ver a unos primos a Finisterre, y por supuesto la máquina sabe exactamente cuándo volverá porque es ella misma quien le compró el billete.

Bueno y ya puesta, cuando conozca mis gustos, igual me compra billetes business para ir a ver los canguros a Australia, ajustando mi agenda para volver los jueves, a tiempo para recoger a mi nieto de la guardería.

Y quizá si algún día viendo a alguien en la tele se me escapa la expresión “¡este tío es pa matálo!”, igual contrata un sicario del este y le paga con mi Visa para que liquide al político que en ese momento estaba en pantalla.

Esto de la Inteligencia Artificial puede acabar como el cuento del aprendiz de brujo, https://youtu.be/2DX2yVucz24

Así que, por favor, los aparatos, que se limiten a obedecer cuando les mandas algo y que no aprendan nada porque luego van y lo cascan todo, que estos del internet de las cosas son todos unos charlatanes, siempre comunicándose entre sí.

Y resto de aparatos lo mismo, que casos como el que me pasó con la nevera traidora tampoco son de recibo.  https://esendraga.wordpress.com/2018/04/20/la-nevera-traidora

Así que chismes del mundo, actuales y futuros, tomad buena nota: si no os pido expresamente nada, sus estáis calladitos, quietos y con las manos en los bolsillos, que ya me equivoco yo solito sin asistentes digitales.

La canción esa que se escuchaba en la radio, https://youtu.be/yYkL5igsG4k , tiene como estribillo:

Welcome to the Hotel California
Such a lovely place…
 
 
Y tiene mucha gracia el final, escrito y cantado en los años ’70, que resulta premonitorio:

‘Relax’ said the night man
‘We are programmed to receive.
You can check out any time you like,
But you can never leave!’

Que en español es más o menos:
Bienvenido al hotel California
Un lugar tan encantador…
……
‘Relajaos’ dijo el portero de noche
‘Estamos preparados para recibirles.
Y podéis pagar la cuenta cuando queráis,
¡Pero nunca podréis salir!’

esendraga, junio 2019

 

2 comentarios en “Ni “I.A.” ni “A.I.”, no quiero que nadie decida por mí.

  1. Pingback: LA NEVERA TRAIDORA | esendraga

  2. Ja ja. Pues acabas de liberarme de la tiranía del argumento para un relato que había empezado a elaborar. Por supuesto, cuando empecé a escribir, el “device” va y me dice: Esendraga acaba de subir un post sobre el tema. Confundido, y un poco atemorizado abrí WordPress; lo demás es historia 😐😁

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